La bahía de Phang Nga: 2ª parte

Tras visitar la isla de James Bond, donde estuvimos solamente una media hora, nos dirigimos con el bote hacia una zona donde navegaríamos con canoas. Nosotros no controlábamos las canoas, si no que había uno que era el que siempre remaba.

Ese era nuestro "chófer". En la canoa íbamos 3 incluyéndolo a él.

Una de las cosas que más me llamaron la atención fueron estos simpáticos peces, que encontramos en una zona de manglares. Pertenecen al grupo de los peces pulmonados o dipnoos, y pueden caminar fuera del agua.

Cuando volvíamos hacia el barco principal, nuestro piloto me toca en la espalda y me señala los dos montes que se ven al fondo. Posteriormente me dice a que se parecen poniéndose ambas manos en el pecho y haciendo la forma de dos bultos... ¿Qué os imagináis que pueden ser?

Finalmente nos dirigimos a una aldea flotante, habitada por población musulmana, para almorzar. Todas las casas están ancladas a una de las tantas islas de la zona. Antiguamente eran llamados 'gitanos del mar'.

Como se ve estaba bastente bien. La verdad es que por la aldea no nos pudimos pasear. Aparte del restaurante y de una tienda de recuerdos no se podía ver nada más... El negocio del turismo llega a todos lados.

Después de eso volvimos hacia el autobús y nos llevó de vuelta a Phuket.

Una de las anécdotas graciosas está relacionada con el piloto de la canoa. Varias veces me tocaba en la espalda y al darme vuelta me decía cosas como "Gente de España, buena", y con la mano me hacía un gesto como de aprobación. Cerca del final me toca de nuevo y me lo repite, pero añadiendo "Gente de España, ¡buenas propinas!". Lo mejor le pasó al chico asutríaco con el que fui... A él también le decía las mismas cosas, pero añadiendo "¡Eres muy guapo!"... Se ve que yo no le parecí tan guapo al mío.