Esta tarde fui al mercado con mi compañero de pasillo, Taro, y me encontré con lo siguiente:

En fin, que la globalización lo globaliza todo. Sin pensármelo mucho me traje el dichoso frasquito... Y eso que es más bien caro, para los precios normales de aquí y para la cantidad que trae. Pero, bué, vamos a probarlo, me dije a mí mismo.
Así que al volver a la residencia lo abrí y se lo di a probar a Taro... Desgraciadamente la cámara no quiso funcionar bien en ese momento y no almacenó en su memoria digital el instante en el que un ciudadano japonés prueba por primera vez el placer hipercalórico del dulce de leche. Pero si que tengo una de Daniel, estudiante alemán haciendo el primer curso de Estudios Asiáticos y también compañero de pasillo...


Como pretende que yo,
que lo crié de potrillo,
clave en su pecho un cuchillo
porque el patrón lo ordenó.
Déjelo no más pastar,
no rechace mi consejo,
que yo lo voy a enterrar
cuando se muera de viejo.
3 comentarios:
y al final no nos enteramos... que cara pusieron?? les gustó o no??
la verdad que nosotros no sabemos que marca es esa... en fin... que bueno que haya dulce de leche por el mundo... a ver si de una vez por todas aprenden lo que es bueno
besos primito!!
AmY
Pregunto lo mismo que nuestra prima... que cara pusieron? (al alemán parece que no le gustó mucho), ¿qué dijeron ante esa inmensa cantidad de calorías dulces? (es que hay que distinguirlas de las calorías saladas y otras :P )
Besos,
Lusho
A Taro le gustó. A Daniel, bueno, creo que en parte si... Pero su cara en la foto es más de "qué es esto".
En resumen: reacciones positivas.
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